Cada año, el primer lunes del mes de octubre se celebra el Día Mundial de la arquitectura y el lema elegido para este año 2025 es Arquitectura que te cuida. Precisamente del cuidado, de la necesidad del hombre de protegerse, resguardarse de la naturaleza que le era hostil, surgió la arquitectura, pero siglos después ésta ha evolucionado en gran medida desde aquella idea primigenia y hoy en día no puede reducirse tan solo a un mero acto constructivo. La Arquitectura ha sido, es y será, por y para las personas y por lo tanto se desarrolla en virtud de las necesidades de la especie humana conforme estas surgen e incluso anticipándose a ellas.

La Arquitectura debe cuidarnos en todos y cada uno de nuestros actos cotidianos, desde la pequeña escala de nuestros hogares y lugares de trabajo hasta la gran escala del Urbanismo y el Territorio, influyendo directamente en nuestro bienestar físico, emocional y social.

Ese cuidado va mucho más allá de la protección contra las inclemencias meteorológicas, la seguridad estructural o de la seguridad en caso de incendio. Los edificios en que vivimos y nuestros hogares deben ser concebidos respondiendo a los condicionantes bioclimáticos de nuestro entorno para garantizar el confort con el menor coste energético para dejar la menor huella ecológica posible. La distribución y organización de los espacios, la orientación, el control de la entrada de luz natural, la ventilación cruzada, junto con el empleo de materiales saludables, inciden directamente en nuestra salud mental y física, de tal manera que una vivienda bien proyectada y construida puede reducir el estrés, fomentar hábitos saludables y reforzar los vínculos afectivos.

Enlace artículo La Tribuna

 

 

 

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