El 29 de octubre de 2024, el día de la DANA, tres riadas consecutivas atravesaron Letur, se llevaron seis vidas, dejaron un reguero de cuantiosos daños materiales y destrozaron rincones muy conocidos del pueblo, como el Mirador de La Molatica o el Charco de las Canales.

Las riadas se llevaron por delante uno de los bienes más preciados de Letur, sus huertas tradicionales, preservadas con orgullo por los vecinos, que las habían mantenido con mimo en su estado original desde hace muchas generaciones, siglos incluso.

El presidente de la Comunidad de Regantes Las Fuentes de Letur, y recuerda que «ese día, el agua hizo muchísimo daño en todo lo que se pueda imaginar:  puntos de captación, acequias, azudes, lo cierto es que nos desbordó por completo».

Su comunidad cuenta con unos 400 socios, que cultivan unas 400 hectáreas de olivar y hortícolas, casi todo destinado al autoconsumo.  Pero la alimentación es sólo uno de los beneficios que aportan estos regadíos a todos los vecinos de Letur, no sólo a los agricultores.

Estas redes de riego no llegan a los volúmenes brutos de producción de los grandes regadíos industrializados, pero dentro de su escala alcanzan unos niveles de eficiencia a los que no llegan ni de lejos sus competidores modernos, siempre que estén bien mantenidos.

Enlace La Tribuna

 

 

 

search